lunes, 18 de agosto de 2008

Tokio blues


Ayer por la noche terminé de leer mi segundo libro de Haruki Murakami, Tokio blues Norwegian Wood.

Era tarde, pero no podía dejar de leer. La curiosidad pudo al sueño, y cuando terminé, un sentimiento entre la tristeza y la desesperanza me impedía conciliar el sueño.

Es un libro distinto a Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, pero escrito con la misma fluidez y familiaridad. Aparecen personajes igual de extravagantes y hasta hay historias y temas recurrentes. Sin duda, te deja la misma sensación de que lo que lees es algo autobiográfico, de que sólo describe así una situación o un personaje alguien que lo ha vivido o conocido a esa persona.

De nuevo, me vuelve a recordar a las historias que escribí hace tiempo, cuando tenía la misma edad que el protagonista y compartía mi tiempo con personajes extravagantes, que me envolvían en situaciones extrañas.

La muerte también me rondaba, al igual que al protagonista, y a veces, como en el libro, ésta era prematura. Habla también de aprovechar las oportunidades que crees que merecen la pena, de involucrarte y tomar decisiones.

Hace unos días que pienso, precisamente, en la toma de decisiones. Cuando la vida presenta ante ti una encrucijada y debes elegir. No siempre el camino más fácil es el elegido, pero nunca sabremos qué hubiese ocurrido de haber seleccionado el otro camino. Hace un tiempo me vi en esa situación y decidí elegir el camino más complicado, pero el que necesitaba y el que la razón, el cuerpo y el corazón me pedían que comenzase. Sabía que aunque era el más duro, sería el mejor para mí, y ahora sé que no me equivoqué...

En definitiva, es un libro que, nada más terminarlo, te pide que vuelvas a leer esas primeras páginas, y podrás situar perfectamente la situación de la que te habla en un principio, que cuando leíste en un primer momento pudo desconcertarte. Podría pensarse que es un libro circular... y hablando de circular, parece que el director franco-vietnamita Tran Anh Hung va a comenzar a rodar la versión cinematográfica de esta novela. Es el mismo director que rodó Cyclo, una película que vi hace años y me pareció descorazonadora, pero que mereció la pena sólo por la escena en la discoteca en la que la protagonista bailaba al ritmo de Creep, de Radiohead...

Quien quiera descargar este libro gratis, que pinche aquí

Mamás y Papás: Una realidad que no debemos olvidar...

Una joya en el corazón de Madrid