domingo, 24 de agosto de 2025

ENAMORADA

Esta semana, alguien ha entrado en mi vida. Era algo que, hace meses, había entendido que era necesario que buscase, a pesar de mi resistencia habitual a este tipo de cosas. Me habían recomendado páginas en internet, que visité con asiduidad, pero no encontré nada que me interesara realmente.
Fue en una comida familiar, cuando mi hermano me lo recomendó. "Es el mejor", me dijo, sin dudar. Es cierto que su apariencia física me gustaba. Su porte, su silueta, y su mirada felina me atraían especialmente. Su personalidad también me fascinaba, especialmente su autonomía y practicidad. Así que, sin pensarlo demasiado, decidí dar un paso más y conocerle en persona.
El flechazo fue instantáneo. Cualquiera de las idealizaciones que mi mente ya había acariciado, se quedaban cortas en el plano físico. Aún así, decidí tomarme tiempo y pensarlo con calma. Analizar los pros y los contras. El famoso "me conviene o no me conviene". 
Pasaron los días y las semanas, hasta que una compañera de trabajo me preguntó si me había decidido por él o no. Me di cuenta en ese momento, que no podía demorar más mi decisión. Ella me animó. Tenía un amigo común que podía facilitar un encuentro, y yo le dije que sí, así que acordamos que podríamos encontrarnos definitivamente en un par de semanas. El mes de agosto siempre ralentiza los procesos.
El martes 19 de agosto, por fin, nos encontramos cara a cara. Un momento emocionante porque nunca había manejado algo así, tan práctico y sofisticado al mismo tiempo. 
Alguien que le conoce bien me explicó previamente cómo debería comportarme para que las cosas fluyeran. Cuáles son sus necesidades y sus reacciones en cada situación, y cómo podría reajustar determinados parámetros si nuestra compatibilidad estaba comprometida.
Una vez que las recomendaciones finalizaron, llegó el contacto físico. Los ajustes necesarios para que la conexión entre nosotros funcionase. Me llevó un par de horas hablar su mismo lenguaje, y conocer el punto exacto en el que él reaccionaría como yo quería, pero superadas esas dos primeras horas iniciales, nuestra relación ya está completamente consolidada. Cuento las horas para reencontrarme con él y sentir de nuevo esa conexión especial que ya existe entre nosotros, donde él me da lo que quiero y yo le doy lo que necesita.
En un rato, bajaré a buscarle al garaje para que me lleve a encontrarme con unas amigas. Mi BYD Seal U dm-i, me espera ya impaciente, con la batería cargada al 100%. Mi única duda es si le dejo el techo panorámico o lo abro por completo, aprovechando todavía el buen tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajsjs me meoooooo,me ha encantado, mira que me lo estaba figurando pero contigo nunca se sabe,fotoooooo

Anónimo dijo...

Eres total... Enhorabuena por la decisión 😂😂😂 😘😘

Mamás y Papás: Una realidad que no debemos olvidar...

Una joya en el corazón de Madrid