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martes, 7 de octubre de 2008

Mi rincón favorito


Hace años que escuché Evening Falls, de Enya, por primera vez, y me sentí transportada a otro mundo. Logra relajarme, que me olvide de todo durante unos segundos y sólo piense en mí. Así que, debido a mi estado, he decidido cambiar la banda sonora del blog, y dejar a Creep en la retaguardia.

Dentro de esta etapa en busca de la relajación, totalmente distinta a lo que he vivido hasta el momento, y en la que me acompaña "mi querido amigo Murakami", he encontrado un aliado: Mi rincón favorito. La esquina del sofá en la que me recuesto a leer, junto a la ventana. Al cerrar los ojos, el murmullo a agua de la pequeña fuente que se esconde entre las plantas, es capaz de trasladarme a mi lejana, mágica y querida tierra.

Dejo aquí la letra de la canción de Enya, para todos los que se encuentren lejos de su casa, y también para que los que estén cerca, sepan apreciarla.

EVENING FALLS

When the evening falls
And the daylight is fading,
From within me calls
Could it be I am sleeping?
For a moment I stray,
Then it holds me completely
Close to home - I cannot say
Close to home feeling so far away

As I walk the room there before me a shadow
From another world, where no other can follow
Carry me to my own, to where I can cross over
Close to home - I cannot say
Close to home feeling so far away

Forever searching; never right,
I am lost in oceans of night.
Forever hoping I can find memories
Those memories I left behind

Even though I leave will I go on believing
That this time is real - am I lost in this feeling?
Like a child passing through,
Never knowing the reason
I am home - I know the way
I am home - feeling oh, so far away


lunes, 6 de octubre de 2008

Al sur de la frontera, al oeste del Sol


Es el quinto "Murakami" que leo. Había leído la trama. Sabía con qué me iba a encontrar e intuía por dónde iba a transcurrir el relato. No me ha defraudado.

Hajime está casado y tiene dos niñas. Tiene una posición acomodada, y le apasiona su trabajo. Podría decirse que tiene una vida equilibrada y que es relativamente feliz. Quiere a su mujer, aunque mantiene escarceos sexuales con otras mujeres que no ponen en peligro su estabilidad familiar.
Sin embargo, inesperadamente, irrumpe en su vida un amor de la infancia y la adolescencia, y todo su sistema de valores parece tambalearse.

Esta trama discurre amenizada por el mundo "Murakami", mezclando realidad y fantasía, sin que ni el lector, ni el protagonista, sepan discernir cuál es la verdad. Quizás, la verdad sea todo. Como lector, te sientes identificado con los miedos y dudas de Hajime. Al fin y al cabo, ¿quién no ha temido, y deseado al mismo tiempo, encontrarse cara a cara con alguien de su pasado?

Si quieres descargarte este libro, pincha aquí, y busca a Murakami en la lista. También puedes acceder a la descarga de Tokio blues y el cuento El hombre de hielo.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Murakami en Atenas




Ayer por la noche llegué de Atenas. Un viaje de una semana en Grecia, donde la temperatura de septiembre sigue siendo como la de agosto en Madrid. El calor unido a mi embarazo de más de cinco meses no me ha permitido "patear" la ciudad como me hubiese gustado, así como investigar la isla de Hydra, que visitamos un día, pero en la que, al menos, pude bañarme en las aguas cristalinas del Mar Egeo, y pasear por sus calles de casas blancas y azules, así como disfrutar de las vistas del horizonte que debieron otear los corsarios y piratas que poblaron esa isla. Era curioso pasear por un lugar tan poblado de gatos y en el que el medio de locomoción más usado es el burro.

En cuanto a la caótica y calurosa Atenas, donde los coches son los reyes y los peatones sufren su monarquía absoluta, ofrece el contraste del día y la noche. Durante el día, los atenienses se refugian en sus numerosos cafés, refrescándose bebiendo frappés o capuccinos freddos (variantes del café con hielo que bebemos en España). Los turistas, por su parte, invaden los barrios más turísticos, Plaka, Monastiraki, o la plaza de Syntagma, donde hacen el famoso cambio de guardia a las horas en punto.

Por la noche, las calles se transforman. La mínima bajada de temperaturas durante la noche (de unos 20-25 grados) y, sobre todo, la ausencia de los sofocantes rayos del sol, te invitan a pasear por las calles de Atenas, cenar en alguna "taverna" al aire libre y, con suerte, escuchar algún concierto de música griega o clásica en el ágora. La Acrópolis, iluminada, aparece majestuosa sobre la ciudad.

La gastronomía griega merece una mención aparte. La ensalada griega, con el queso feta y esas aceitunas negras tan sabrosas, la tzaltziki (salsa de yogurt con pepino, ajo, menta y aceite), la mousaka, el arroz envuelto en hojas de parra, el humus (salsa de garbanzos), el pastichio, las pitas, los tomates rellenos de arroz, o los baklava, los pasteles más hipercalóricos que he comido nunca...

No me he olvidado de mi amigo Murakami. Me llevé conmigo Sputnik, mi amor, sin saber muy bien qué historia iba a encontrarme, y cuál fue mi sorpresa al descubrir que el protagonista de la novela viaja a Grecia y que, una tarde, mientras leía descansando de la agotadora mañana en la que había subido a la Acrópilis, el protagonista también visitaba la Acrópolis. Curioso...

jueves, 4 de septiembre de 2008

Kafka en la orilla


He terminado el tercer Murakami. Y tengo dos más esperándome... Estoy totalmente enganchada a las novelas de este escritor, y espero que tanta creatividad, imaginación, fantasía, magia, deseo, dolor... no afecte a mi futuro bebé.

Kafka en la orilla te engancha desde un principio, entrecruzando dos historias que parecen muy distintas. Acompañamos a los personajes, alternando una y otra historia. Cualquiera que haya leído algo de Murakami, imagina desde el principio quién es el chico llamado Cuervo, y quién es el niño que no despierta del coma colectivo de la montaña del bol.

Puedes ir intuyendo cómo puede ir la historia, qué tiene que ocurrir para que, al fin, estos dos personajes se encuentren.

Los personajes "secundarios" son tan interesantes como los protagonistas. Está escrito de tal manera, que penetras en el interior de esas personas, llegando a tener la impresión de que son personas de carne y hueso con las que has llegado a entablar una relación.

Sigue sorprendiéndome cómo es capaz de sumergirte en lo extraordinario, en lo fantástico, de tal manera, que acabas pensando que lo más normal es que alguien hable con los gatos o haga llover peces.

Sin duda, su lectura es un viaje a tu subconsciente. Antes de que te des cuenta, ya estás dentro. Como en un cuadro pintado hace años, que te hace creer que eras tú el retratado.

Por cierto, Kafka escucha a Radiohead.

lunes, 18 de agosto de 2008

Tokio blues


Ayer por la noche terminé de leer mi segundo libro de Haruki Murakami, Tokio blues Norwegian Wood.

Era tarde, pero no podía dejar de leer. La curiosidad pudo al sueño, y cuando terminé, un sentimiento entre la tristeza y la desesperanza me impedía conciliar el sueño.

Es un libro distinto a Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, pero escrito con la misma fluidez y familiaridad. Aparecen personajes igual de extravagantes y hasta hay historias y temas recurrentes. Sin duda, te deja la misma sensación de que lo que lees es algo autobiográfico, de que sólo describe así una situación o un personaje alguien que lo ha vivido o conocido a esa persona.

De nuevo, me vuelve a recordar a las historias que escribí hace tiempo, cuando tenía la misma edad que el protagonista y compartía mi tiempo con personajes extravagantes, que me envolvían en situaciones extrañas.

La muerte también me rondaba, al igual que al protagonista, y a veces, como en el libro, ésta era prematura. Habla también de aprovechar las oportunidades que crees que merecen la pena, de involucrarte y tomar decisiones.

Hace unos días que pienso, precisamente, en la toma de decisiones. Cuando la vida presenta ante ti una encrucijada y debes elegir. No siempre el camino más fácil es el elegido, pero nunca sabremos qué hubiese ocurrido de haber seleccionado el otro camino. Hace un tiempo me vi en esa situación y decidí elegir el camino más complicado, pero el que necesitaba y el que la razón, el cuerpo y el corazón me pedían que comenzase. Sabía que aunque era el más duro, sería el mejor para mí, y ahora sé que no me equivoqué...

En definitiva, es un libro que, nada más terminarlo, te pide que vuelvas a leer esas primeras páginas, y podrás situar perfectamente la situación de la que te habla en un principio, que cuando leíste en un primer momento pudo desconcertarte. Podría pensarse que es un libro circular... y hablando de circular, parece que el director franco-vietnamita Tran Anh Hung va a comenzar a rodar la versión cinematográfica de esta novela. Es el mismo director que rodó Cyclo, una película que vi hace años y me pareció descorazonadora, pero que mereció la pena sólo por la escena en la discoteca en la que la protagonista bailaba al ritmo de Creep, de Radiohead...

Quien quiera descargar este libro gratis, que pinche aquí

martes, 15 de julio de 2008

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo



Se llama Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Es de un escritor japonés, Haruki Murakami, para mí desconocido, hasta el momento.

Lo cierto es que es un libro de unas novecientas páginas, que devoro ávidamente. Comencé a leerlo hace una semana y he leído más de la mitad.

Mi amiga, cuando me lo regaló por mi cumpleaños, me advirtió: "A mí me gustó, es una ralladura, pero creo que te gustará". A ambas nos gustan "las ralladuras", y lo cierto es, que los protagonistas de la historia son lo suficientemente "curiosos" como para haber aparecido en alguna de mis historias vomitadas alguna noche de insomnio y resaca.

Me he enganchado a este libro poco predecible, aunque ya me estoy oliendo el tema principal de la trama. Creo que ya sé lo que le ocurre a Kumiko, la mujer del protagonista, pero no lo desvelaré aqui, a ver si acaba resultando como en Abre los ojos, cuando a mitad de la película y con el cine abarrotado, dije con un tono algo más elevado del que debería: "a ver si va a estar congelado..." No quiero estropear la trama de este libro, que animo a leer a cualquier persona dispuesta a leer algo "distinto".

Ayer mientras caminaba por los interminables pasillos del metro, pensaba en ese libro que llevaba en la mano y me hacía más agradable el viaje en el atestado vagón, por cierto, de pie -esta vez nadie se apiadó de una incipiente embarazada, quizás debería haber hecho más evidente mi barriga-. Pensaba en que la forma de escribir, de expresarse, de este autor japonés me estaba influyendo de tal manera, que si escribiera algún relato ahora, saldría impregnado de su manera de contar historias. Hacía tiempo que no me ocurría. Demasiado... desde que leí El amante, de Marguerite Duras.

Mamás y Papás: Una realidad que no debemos olvidar...

Una joya en el corazón de Madrid