Sigo trabajando en mí. Desde hace unos meses, estoy ocupándome de una tarea pendiente que siempre había dejado para más adelante, como cuando tenía que estudiar y en vez de eso, organizaba los cajones de mis armarios.
Nunca encontraba el momento. Me dejaba llevar, hasta que las circunstancias me han obligado a detenerme y a mirarme. Bucear en mi interior y analizarme, como he hecho tantas veces con otras personas, con mis tareas laborales, con mis hobbies, con mis retos...siempre mirando fuera, buscando la optimización de las cosas, hasta conseguir su perfección de manera obsesiva. La vida era un reto constante, pero siempre fuera...yo era únicamente la persona que conseguía los retos. Nada más.
Sin embargo, la vida me ha ido llevando, por diversas circunstancias, hasta un callejón sin salida. Me ha dicho "No hay más excusas. Ahora te toca a ti". Y en esas estoy. Desde hace meses. En este tiempo, he descubierto cosas muy interesantes de mí misma. He entendido los motivos de mi toma de decisiones en el pasado, ni mejores ni peores, erróneas o no, porque ahí radica una de las conclusiones. Tomamos las decisiones que somos capaces de tomar en cada momento. Lo importante es ir evolucionando para ser capaz de tomar otro tipo de decisiones, que nos traigan paz, calma, que nos coloquen donde queremos estar porque ya estamos listos para estar en ese lugar, que antes ni siquiera imaginábamos podía existir.
Desde hace un tiempo, no busco la validación de los demás, he aprendido a decir no sin sentirme culpable, prefiero la soledad a la compañía vacía, huyo de los discursos destructivos, ignoro los intentos de otras personas por llegar a un enfrentamiento, veo soluciones donde otros ven problemas, dejo que las cosas fluyan, hablo abiertamente de mis emociones y sentimientos, sin miedo al rechazo porque he entendido que sólo las personas que son capaces de entenderme, son las únicas que pueden formar parte de mi vida. Ser yo, sin intentar adaptarme a todos los demás, es el mejor filtro para que las personas que no son compatibles con mi forma de ver la vida, se mantengan al margen. Por supuesto, sigo siendo flexible y empática, incluso más que antes, porque respeto a los demás de la misma manera que quiero que me respeten, pero tengo claro quién encaja y quién no para acompañarme en este viaje, que es la vida.
Analizar mis heridas, entender su origen y cómo curarlas. Identificar mis miedos e inseguridades y entender que sólo me pertenecen a mí, no colocarlas en los demás. Ellos son sólo el espejo de lo que hay en mi interior.
He entendido que lo importante es lo que yo sienta, independientemente de que haya reciprocidad por parte de los demás. Si la hay, perfecto. Si no la hay, explorar mis sentimientos y emociones, aprender y dejar ir. Soltar.
Estoy muy agradecida a las personas que me están acompañando. Están haciendo el mismo camino que yo, siendo más o menos conscientes, a su ritmo, pero van evolucionando. Espero poder seguir ayudándote, al igual que tú me ayudas.
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