He llegado por casualidad a este mundo bloggero. Principalmente, por temas laborales, y curiosidad, que de eso voy sobrada...
Hablando de curiosidad, es curioso cómo me siento estos días. Desde hace días, tengo la sensación de que la fuerza se me va por los poros. Me levanto cansada, con desgana, intento animarme, me arrastro... aunque todo el mundo me ve moviéndome con el ritmo trepidante y la energía de siempre. Les parezco la misma, pero no lo soy.
No dejo de pensar. Creo que todo es culpa de mi creatividad. Demasiada creatividad, demasiadas ideas...
Hace tiempo que no escribo, y eso es malo. Escribir siempre me ha ayudado a organizar las ideas. Ahora estoy desorganizada. Intento poner orden, pero me resulta imposible. Nunca acabo cumpliendo con mis "deberes". He entrado a hacer tantas cosas, que ahora me obligo a continuarlas. No, no me obligo a continuarlas. Me obligo a ser la mejor. Me obligo a continuarlas y a sacar el sobresaliente. "La chica 10" me llaman algunos, y no precisamente por mi físico, si no por mis exigencias conmigo misma. Siempre tengo que ser la mejor, y me machaco cuando no lo soy en algo. Me asaltan las dudas, y la inseguridad, y paso a ser un cero a la izquierda, para mí misma.
Los demás me siguen viendo "la chica 10". Pero yo sé que no lo soy.
Creo que tendré que retomar la costumbre de escribir, a ver si así me organizo y vuelvo a ser "la chica 10".
Hablando de curiosidad, es curioso cómo me siento estos días. Desde hace días, tengo la sensación de que la fuerza se me va por los poros. Me levanto cansada, con desgana, intento animarme, me arrastro... aunque todo el mundo me ve moviéndome con el ritmo trepidante y la energía de siempre. Les parezco la misma, pero no lo soy.
No dejo de pensar. Creo que todo es culpa de mi creatividad. Demasiada creatividad, demasiadas ideas...
Hace tiempo que no escribo, y eso es malo. Escribir siempre me ha ayudado a organizar las ideas. Ahora estoy desorganizada. Intento poner orden, pero me resulta imposible. Nunca acabo cumpliendo con mis "deberes". He entrado a hacer tantas cosas, que ahora me obligo a continuarlas. No, no me obligo a continuarlas. Me obligo a ser la mejor. Me obligo a continuarlas y a sacar el sobresaliente. "La chica 10" me llaman algunos, y no precisamente por mi físico, si no por mis exigencias conmigo misma. Siempre tengo que ser la mejor, y me machaco cuando no lo soy en algo. Me asaltan las dudas, y la inseguridad, y paso a ser un cero a la izquierda, para mí misma.
Los demás me siguen viendo "la chica 10". Pero yo sé que no lo soy.
Creo que tendré que retomar la costumbre de escribir, a ver si así me organizo y vuelvo a ser "la chica 10".
1 comentario:
Ánimo Pepa,
y crea un enlace a "El perverso ppolimorfo II" que seguro que eso te da vidilla...
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