martes, 30 de diciembre de 2008

Cada vez queda menos

Imagen obtenida de la web de cadena ser

Hace ya semanas que Adrià está boca abajo. Sus movimientos son menos intensos, creo que se debe a la falta de espacio para desplazarse de un lado a otro de mi barriga. A veces, siento golpes rítmicos, como pulsaciones. Otras, cómo desplaza sus brazos o piernas por mi barriga, pudiendo ver el bulto de su extremidad en mi cuerpo. A estas alturas del embarazo, engorda doscientos gramos cada semana.

Mi barriga ha crecido notablemente en las últimas semanas, y cada vez me cuesta más respirar. Sigo teniendo anemia, pero menos escandalosa. Ahora tomo tres pastillas diarias de hierro y otra de vitaminas, para que la hemoglobina, al menos, se estabilice.

Sigo con taquicardias y sofocos, aunque hay días que me encuentro mejor y hasta puedo salir a caminar. Hoy no es uno de esos días. Estar sentada frente al ordenador, tecleando estas palabras, para mí es un gran esfuerzo, pero intento luchar por tener algo de actividad, aunque mi cuerpo se niegue a seguir a mi cerebro.

Esta noche he dormido doce horas, algo impensable en mí, que como máximo, aguanto siete u ocho horas en la cama, pero mi cuerpo se niega a responderme, y cada vez que me despierto, y miro el reloj pienso "tengo que levantarme", sin embargo, antes de darme cuenta, mi cuerpo se ha abandonado de nuevo al sueño.

Adrià está despierto de todos modos, aunque yo duerma. Noto sus movimientos en mi tripa, incluso ahora, mientras escribo, percibo cómo sus pies empujan mi diafragma.

Y mientras vivo en la espera de que mi hijo nazca, con controles médicos semanales para asegurar que todo va bien, asisto atónita a la masacre de un pueblo. Un pueblo que, hace ya meses, sufre la agonía del bloqueo de productos básicos, donde sus hospitales carecen de lo imprescindible, pero parece que eso ya no es bastante para su vecino Israel, que quiere aniquilarlo, sin importarle la vida de inocentes. ¿Cuántos bebes y niños han matado los israelíes?, ¿cuántos más quieren matar?. ¿Acaso es más importante la vida de mi hijo o la de cualquier niño israelí que la de los niños de Gaza?. Parece que para gran parte de la comunidad internacional, que mira para otro lado, o incluso, defiende y justifica la masacre, sí.

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