Durante los últimos meses, he participado en algunas movilizaciones, como la manifestación de vecinos y trabajadores de la ciudad de Madrid contra la política de Gallardón, que congregó por las principales calles de la capital a más de nueve mil personas; así como el referéndum por el Centro de Salud en Butarque, en el que votaron más de cinco mil vecinos.
En ambos casos, se contactó por mail y por teléfono con numerosos medios, tanto para que se hicieran eco de la convocatoria como del resultado, y salvo en los periódicos y radios locales, en los “grandes” medios se ignoraron las movilizaciones, o se les restó importancia, en algunos casos, incluso, contabilizando el número de participantes por debajo de las cifras que daban los organismos oficiales.
La última protesta tuvo lugar el 11 de mayo, en el pregón de las fiestas de San Isidro, al que acudimos para expresar nuestro malestar como vecinos y trabajadores de Madrid, y donde coincidimos también con personas afectadas por la estafa de los desarrollos urbanísticos del sudeste, que llevan semanas acampadas en Atocha. Las protestas en el pregón, con numerosas pancartas y gritos de consignas, lograron que Gallardón únicamente saliera unos segundos al escenario, una vez finalizado el pregón, para saludar al cantante Carlos Baute, que fue quien se encargó de hacer el pregón-concierto. En esta ocasión, había numerosos medios, que nos hicieron fotos, pero ninguna salió publicada. En algunos periódicos gratuitos se hizo alguna reseña, pero en los demás medios se omitió por completo.
Mientras comprobaba cómo los grandes medios silenciaban o minimizaban las movilizaciones, escuchaba atónita cómo tertulianos de radio y televisión, o artículos de opinión en algunos medios, hablaban de la desafección de los ciudadanos, de que las personas no se mueven.
El mismo lunes 16 de mayo, los medios que se hacían eco de la manifestación del domingo, hacían pocas referencias a que más de veinte mil personas inundaron las calles de Madrid, sin embargo, incidían en la carga policial que tuvo lugar al final de la manifestación, pretendiendo lanzar el mensaje de que ir a este tipo de movilizaciones puede ser peligroso.
La conclusión es clara. Los grandes medios de comunicación van de la mano de los grandes partidos, y nos seguirán enviando mensajes de que las personas que permanecen acampadas en la Puerta del Sol son antisistema o están dirigidos por algún interés partidista, intentando desacreditarles, pero al menos, esta movilización ha logrado que, ni los medios ni los políticos hayan podido ignorarles.
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